Haz una pausa antes de que el cuerpo te obligue a hacerlo


Haz una pausa antes de que el cuerpo te obligue a hacerlo

La pieza de la semana

Haz una pausa antes de que el cuerpo te obligue a hacerlo

¿Y si te dijera que resolver el burnout no es tan difícil si te lo propones? Tu bienestar depende de ti. A veces seguimos avanzando sin mirar para dónde vamos. Todo empieza con un dolor de espalda, luego el ánimo está por el suelo, luego nos cuesta dormir y seguimos como si nada pasara. Pensamos que parar es fallar, que decir “no puedo” es de débiles, y que pedir ayuda nos resta puntos. Lo que nadie nos dice —y sí lo muestra la experiencia— es que el cuerpo siempre encuentra la forma de obligarnos a parar. A veces lo hace con una enfermedad menor…una gripa acá, otra allá. Otras, con un colapso emocional o simplemente con la pérdida total del deseo de seguir.

Este mensaje es una invitación a que tomes una pausa antes de que la pausa te tome a ti. Que abras la conversación, que compartas el peso, que reconozcas que no puedes con todo. No porque seas débil, sino porque eres humano.

Conexiones inesperadas

Cuando el sueldo cuesta más de lo que paga

En la pieza 2 del libro El rompecabezas de lo que no existe, te cuento cómo, ignorar las señales del cuerpo fue mi alarma más clara de que algo andaba mal. No era solamente un mal trabajo o una mala época: era un sistema de trabajo desbalanceado. La ecuación “mi tiempo por tu dinero” no siempre suma.

Si estás enfermándote para mantener tu ingreso, tal vez sea hora de revisar los términos. Decir “necesito parar” puede ser el paso más profesional que des en este sentido.

Caja de herramientas

Diseña tu “Pausa SOS”

Haz una lista de señales de alerta que tu cuerpo o mente te están dando, te han dado, o te pueden dar e implementa una “Pausa SOS” No es solo detenerse. Es un reencuentro contigo a través del Silencio, la Observación y la Sintonía. En el silencio, calmas la mente y le das un respiro a tu sistema nervioso. En la observación, te permites ver lo que está ocurriendo dentro de ti sin juicio, como quien enciende una linterna en medio del bosque: no cambia el paisaje, y le da claridad para moverse con intención. En sintonía, todo se alinea. Tu cuerpo, tu mente y tu emoción entran en coherencia. Bajas las revoluciones y vuelves al ritmo propio.

Esta pausa es un acto de recuperación profunda. Un instante para dejar de reaccionar y responder desde tu centro. Es una herramienta sencilla y poderosa para cuidar tu bienestar, recuperar foco y recordar lo que de verdad importa: volver a ti. Ah, y por favor, no mires el celular. De verdad que podemos vivir sin eso por unos minutos (si no por horas). Cuanto antes aprendas a reconocer las señales, más claro verás el camino, porque una persona líder como tú, sabe cuándo detenerse.

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